El hecho de correr mano a mano con los pilotos del sur del Miño sólo podía traer una mejora de la competitividad de los nuestros, el aprender nuevas maneras de hacer las cosas y sobre todo aumentar horizontes en lo que a competición se refiere; y participar en una prueba de resistencia de cuatro horas con dos pilotos por coche implica además el cambiar la manera de correr, gestionar los neumáticos y adaptarse a los ajustes de otro piloto.
Sin embargo todo quedó en agua de borrajas por numerosos factores, aparte de las polémicas que surgieron a lo largo del año: programar un campeonato como este tan pronto (si no me falla la memoria se comenzaba en enero) implica que así se disponen de muchas fechas más adelante para aplazar las carreras en caso de mal tiempo, sin embargo esto provocó un baile constante de fechas, lo que acabó afectando a las ganas de algunos pilotos. La cancelación a última hora de la primera prueba del Luso (que se celebraba en Portugal) afectó a todos los pilotos que tenían el hotel pagado y reservado, y que no tuvieron margen de maniobra para cancelar la reserva. Las prioridades en la asignación de fechas (las pruebas del autonómico tienen prioridad sobre las del Social o las del Eco) hicieron que el resto de pruebas también se retrasaran, con lo que pocos pilotos portugueses se dejaron caer por galicia para participar.
Dejando las polémicas a un lado, el campeonato empezaba prometedor: Cristian Villar se hacía con la primera victoria del año tras un duelo de infarto con Carlos Duraês y Manu Pérez. en A Estrada, Christian Abad estrenaba casi en primicia el Mugen MBX8, acariciando la victoria, mientras que en Vilagarcía fué Iván Cerdeira el que casi derrotaba al vigués, incluso con una mano escayolada.
El regreso a Porriño trajo a Javi Fernández, un joven piloto del campeonato de Castilla y León que se hizo con la segunda plaza y que fué el único que consiguó seguirle el ritmo a Villar, mientras que la segunda ronda de Vilagarcía permitió que Cristian sentenciara su séptimo título autonómico con total autoridad, con lo que quedaba una última prueba, en A Estrada, en la que se decidiría el subcampeonato entre Manu Pérez y Jaime Vanaclocha.
Dicha Prueba nunca se llegaría a realizar, ya que fue cancelada pocos días antes de disputarse; al no haber más fechas disponibles, se dio por finalizado el campeonato, lo que trajo diferentes interpretaciones de las puntuaciones finales, ya que el reglamento autonómico se mostraba ambiguo sobre si una prueba cancelada se consideraba como descarte o no, lo que alteraba las puntuaciones finales, ya que no es lo mismo hacer seis carreras y un descarte (la interpretación que daba a entender el reglamento autonómico, de manera poco clara) que cinco carreras, una cancelación y un descarte , es decir, que solo contaran los cuatro mejores resultados (tesis que apoyaba el reglamento del Nacional).
Todo esto llevó a ciertas polémicas entre pilotos y organizadores sobre la supuesta conveniencia de aplicar una u otra doctrina, que finalmente fueron zanjadas al aplicarse la doctrina del Nacional, y que a la postre daría la segunda posición del campeonato a Jaime Vanaclocha en lugar de Manu Pérez.
Como ya veníamos diciendo en "Regresamos", ha sido un año difícil, con mucha mala suerte y algún que otro error en lo organizativo, lo que no quita que no haya sido un año en el que no hayamos tenido grandes dosis de espectáculo en pista, que en definitiva, es por lo que estamos metidos en esto y al final del día, es lo único que importa!
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